martes, 5 de agosto de 2014

1er CONCURSO DE CUENTOS: “LES QUIERO CONTAR UN CUENTO…”


GANADORAS

SEGUNDO CICLO

1er LUGAR:  CONSTANZA PERALTA. 7oA.  
La vagabunda
“Lucía prendas lujosas de pies a cabeza, aquella mujer que cuando te ve te sonríe con delicadeza. Aunque su apariencia te susurre calidez, carece de alegría y es pobre de cariño, el cual intenta comprar con su apariencia”.
 
2º LUGAR:  RAYÉN PIZARRO. 8oA. 
Pase lo que pase, amigos
“Llego al colegio nuevo y mientras me llevan a la sala por ser ‘nueva’ comienzo a recordar todo lo que me costó llegar acá. Ser abandonada no es fácl, créanme. Pero en fin, ya estoy aquí. En cierto modo ya conozco gente del curso, son mis amigas, una está embarazada y el otro tuvo una infancia perfecta, pero ¡qué bueno es tener amigos!

3er  LUGAR:  FERNANDA GAMBOA. 7oB:
 La fábrica de sonrisas
“La fábrica de sonrisas es pequeña fábrica y en ese lugar se hace todo lo posible para hacer felices a los huérfanos. ¿De qué manera? Pues muy fácil, dándoles los que nadie pudo darles antes, hogar, dulces, alimento, jueguetes, ropa y cosas inflables para divertirse. Pero todo eso se acabó después de ese grave incendio…”

TERCER CICLO

1er LUGAR: CAROLINA PACHECO. 1oB:

La chica del primer plano
“El niño miró suspirando la imagen; dos chicas, un hombre. Se sentía cautivado por la chica en primer plano y cada día iba a verla en secreto bajo su cama.  Había encontrado la foto en el sótano.
Cierto día, su madre lo atrapó contemplando la imagen y apuntando a la muchacha de los sueños del niño dijo - ¡qué recuerdos! Era bonita de joven".

2º LUGAR:  MARÍA ESPERANZA OBREQUE. 3oB:
LA ALEGRÍA DE UNA PASAJERA
La alegría de una pasajera
“Sentado en la estación, espero cansado que llegue mi tren. Mientras pienso en todas las desilusiones que he tenido hoy. Un tren para en el carril contrario. Una niña se asoma a la ventana, me mira, me sonríe, le sonrío de vuelta. Su tren sigue su rumbo, pero en mí queda su alegría”.

3er LUGAR: PAULINA BASSI. 4oB:
DETRÁS DE LAS SONRISAS
 Detrás de las sonrisas
“Dicen que el rostro es capaz de demostrar el estado de ánimo de la gente, pero cuando Pedro comenzó a fijarse en los detalles faciales de Andrea, se dio cuenta que detrás de esa sonrisa, confianza y gestos alegres, se escondía una persona que se repudiaba a sí misma. Desde aquel día, él dejó de guiarse por las apariencias físicas para adentrarse en sus almas y conocerlas realmente”.

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